Dios contempló detenidamente el mundo y se dio cuenta que faltabas tú. Así que, usando toda su creatividad y amor; empezó a diseñarte en su pensamiento; estaba tan entretenido en su creación que no se percató que un ángel luminoso se le acercó y contempló maravillado la delicadeza con que Dios daba forma a aquel niño.
En tono bajo, para no desconcentrar al gran maestro de su obra, le dijo:
Señor,¿ no te parece que el mundo tiene muchos seres humanos, como para que tu sigas mandando más al planeta azul?
Dios levantó la cabeza, le dirigió una mirada llena de ternura y respondió:
Así que te parece que ya son muchos hombres sobre la tierra; creo que aún no has entendido el prodigio de la creación. Este nuevo niño es por sí mismo una esperanza para el mundo, pues he depositado en su corazón la chispa de mi amor para que libre y voluntariamente la encienda en sus hermanos y se convierta en una flama de amor.
¡Pero, Señor! Eso lo has hecho con cada corazón humano y muy pocos han querido ser llamas de amor-respondió el ángel.
Con una voz muy sonora y cargada de paz, Dios exclamó:
No te desesperes, una fogata se enciende con una chispa y este nuevo ser puede llegar a ser esa chispa de amor que tanto necesita el mundo.
Voltéo nuevamente su rostro y dirigiéndose al alma del niño le dijo:
Durante toda tu vida te cuidaré y te apoyaré, nunca te abandonaré porque te amo. Recuerda qe siempre guardaré gracia para tí. Clama a mí sientas angustia o temor, que mi oído atento a tu llamado, y confía en que siempre te responderé; siente mi paz que morará en tú corazón por siempre, pues eres mi hijo.
De pronto el lugar se llenó de una resplandeciente luz y como si fuera un rayo, el alma de aquel niño bajó a la tierra y fue depositada en el cálido y tibio vientre de su madre..
Autor desconocido.
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