EL BESO

viernes, 19 de febrero de 2010

Era un cautivo beso enamorado
de una mano de nieve que tenía
la apariencia de un lirio desmayado
y el palpitar de un ave en agonía.
Y sucedió que un día
aquella mano suave de palidez de cirio,
de languidez de lirio,de palpitar de ave...,
se acercó tanto a la prisión del beso,

que ya no pudo más el pobre preso
y se escapó; mas, con voluble giro,
huyó la mano hasta un confín lejano,
y el beso, que volaba tras la mano,
rompiendo el aire se volvió suspiro.
Luis G. Urbina (Mexicano)

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